"No soy un hombre que sabe.He sido un hombre que busca, y lo soy aún; pero no busco ya en las estrellas ni en los libros, comienzo a escuchar la enseñanza que mi sangre murmura en mi.

Mi historia no es agradable,no es suave ni armoniosa comolas historias inventadas; sabe a insensatez, y a locura, y a ensueño,como la vida de todos los hombres que no quieren mentirse mas a si mismos."

Herman Hesse

domingo, 31 de julio de 2011

huir del frio

Un día huí de mi cuerpo balanceándome en la niebla, para dejar de sufrir...respirando.¡Oh, que belleza!, mis manos etéreas se llenaron de mariposas doradas y me sentí Dios en el Edén, jugando a volar con ellas.
Pero vino la nube escarlata, la misma que envuelve mis pulmones con su lluvia de sangre y sus cadenas negras. No escapo nunca de mi sitio.
Sábanas blancas, fría mortaja abrazando el temblor, el sol es una quimera donde yo estoy. No ha sido invitado, no es bien recibido.¡Pobre espíritu!, ni los cantos te consolarán...ni el roze de otra alma.
Solo escapar.
Solo eso sueño...

miércoles, 27 de julio de 2011

placeres íntimos

Cuando despertó una ténue luz rosada invadía la habitación. En sus labios quedaron pegados sabores agrios y manchas de sangre en sus manos. Levantó la mano derecha, la contempló con calma, se detuvo en los dibujos que la sangre había generado a su capricho, le dió la vuelta varias veces y acabó tapando la luz de la ventana poniéndola justo entre esta y su mirada. Entonces la mano se tornó una silueta negra y estilizada, la mantuvo así; firme y elevada, y comenzó a canturrear una melodía monótona. ¡Ahh...era el deleite absoluto!, difícil de compartir con nadie, era su mas preciado secreto íntimo y solo de pensarlo el placer le recorría de arriba a abajo como un baño de fuego.
Al lado de la cama, en el suelo, un cuchillo bien afilado descansaba envuelto en un pañuelo de seda naranja, ahora ambos manchados de sangre. Moverse no iba a ser fácil, esta vez quizás se había pasado un poco de la raya, quizás se había excedido con los cortes pues comenzaban a doler intensamente. Bendito, precioso, glorioso dolor que disfrutaba en cada segundo.
Recordó el momento primero de aquel último éxtasis, cuando su ropa caía al piso, la hoja metálica rozando sus muslos, el frío y el calor al mismo tiempo y acto seguido el reguero rojo brillante resbalando por sus piernas. Todo era tan especial, tan suyo....

lunes, 25 de julio de 2011

El rescate del angel. Misericordia.

Y cuando sus fuerzas se aflojaban
y sus pies ya no la sujetaban,
cuando todo se oscurecía a su alrrededor
el día se hacía noche tenebrosa
y las voces ya no estaban cerca de ella
entonces caía hacia el abismo
cuando de algún lugar misterioso
surgió el ángel, la tomó entre sus brazos
y suavemente alzó el vuelo
Juntos remontaron la negra montaña
y entre flores la posó
con un etéreo beso en su frente.