la doncella estaba,
largos sus cabellos y cerrados
los ojos color miel
soñaba...
Mas no contemplaba su sueño
jardín ni palacio
sino espesura de bosque negro,
¡alerta el alma!
No sueñes besos ni caricias,
no te entregues
que unas manos oscuras te atrapan.
Dulce espíritu,
néctar de las flores,
esconde tu perfume,
no muestres tus colores.
Alerta niña hermosa
que ya tus vestidos desgarran
quienes en silencio tejen
su maléfica tela de araña.
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